Un septiembre adelantado

Este septiembre adelantado, con unas temperaturas inaguantables en las aulas, aplicando una nueva ley de educación, y después de un verano sofocante, nos trae un poco de lo mismo: conflictos, problemas y quejas. A la par que caras nuevas y renovadas ilusiones.

Y si repasas la prensa te encuentras con niños y niñas que sufren de acoso o bullying, y también de aislamiento.

Pero no sólo eso.

Vayamos por partes.

Hay muchos y variados problemas que afectan en los centros educativos y no todos van ligados a estas palabras: problemas familiares, problemas económicos, problemas de adicciones al móvil y los videojuegos, problemas de alimentación, además los tradicionales de aprendizaje, etc.  Una larga lista.

El mundo es grato y difícil a la vez.

Pero la prensa habla de aquello que vende y, en ocasiones, de aquello que puede estar en portada,    y diciendo esto no quiero restar gravedad a los hechos.

Pero vamos al tema.

Los problemas de acoso (físico, psicológico, sexual, ciberacoso, etc) existen, es cierto. Pero ¿son los fundamentales y únicos, o buscan la dramatización para vender?

Los hechos existen, pero las informaciones que se presentan en ocasiones son sesgadas, desinforman más que informan, no tienen (o no quieren tener) la objetividad que merecen.

Me explico.

Hace más de quince años que existen protocolos y personal preparado para ayudar en los posibles conflictos que pueden suceder en un centro educativo, sea cual sea el grado, pero el objetivo es prevenirlos y tener instrumentos, dar instrumentos al alumnado para ello.

Hablo de la PROVENCIÓN, que consiste en enseñar habilidades. Individual y colectivamente, no tanto para evitar un conflicto (que muy posiblemente al final sucederá que) sino para aprender a afrontarlo, y, a ser posible, resolverlo.

No siempre es fácil, no siempre se interioriza lo que intentas enseñar, pero lo más importante, y real, es que la escuela, el instituto, el centro educativo, no es un ente aislado. Vivimos en una sociedad concreta, y con unos medios de comunicación audiovisuales que, nos guste o no, transmiten determinados valores y venden, como algo normal, egoísmo para triunfar (sea lo que sea triunfar), importando poco las formas y los métodos, las actitudes e, incluso, la verdad.

¿Si los medios venden personas sin formar, pero con grandes sueldos por gritar, insinuar, descalificar, desacreditar, y nunca dejar hablar al otro ni escuchar, qué podemos hacer los docentes?

Pues respondo, hacemos mucho en un sector en el que es fácil que te señalen y te culpabilicen de determinadas acciones y sus repercusiones que, poco o nada, tienen que ver con el centro educativo.

Y si a ello añadimos que la gran propuesta para conciliar la vida laboral y familiar es mantener al alumnado en el centro, nos damos cuenta de que, no sólo son los medios sino también la sociedad y los políticos a los que no les interesa la formación, ni las relaciones, ni el dialogo, ni la vida familiar, sino tener al niño o niña “recogido”.

Competir, ganar, salir victorioso, pero no liderar, ayudar a mejorar, ayudar a los otros. ¡Qué poco se aplican las palabras de María Montessori!: “Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz, la gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra.  Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz”

Volvamos al tema.

Es fácil descargar la furia ante hecho terribles en los docentes, acusar y señalar con el dedo, desconociendo la realidad, los protocolos, la formación, la preparación, pero, especialmente, la dedicación de la mayoría de los docentes para que el alumnado no solamente aprenda una materia, sino que crezca y madure sabiendo actuar correctamente, excluyendo toda violencia de su vida.  Para ello tenemos los protocolos, la mediación entre iguales, las medidas restaurativas, etc.

Hay un problema.  SI.

Yo diría más, hay MUCHOS.

Pero, por favor, seamos justos y hablemos desde la verdad y no desde el populismo.

Me viene a la mente la frase del filósofo José Antonio Molina: “la mayor demostración de inteligencia no es la ciencia, ni la literatura, ni el arte… sino la bondad.  Hay que reivindicar sin complejos la bondad, aunque no esté de moda”.

Pues, no estamos de moda.

En este septiembre adelantado y con bochorno, afectuosamente.

Marisa Escuer

Profesora de la UOC y Docente de Secundaria

@marisaescuer

One thought on “Un septiembre adelantado

  1. Molt encertat el títol i l’article sencer, Marisa. El professorat, els educadors i les educadores sembla sovint que anem contra corrent.

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