Yaa Asantewaa

“Debo decir esto, si ustedes, los hombres de Asante, no avanzan, entonces lo haremos nosotras. Las mujeres lo haremos. Llamaré a mis compañeras. Lucharemos contra los hombres blancos. ¡Lucharemos hasta que la última de nosotras caiga en los campos de batalla!”

Cuando los europeos llegan a África en busca de riquezas hacen una comparación injusta, basándose en falsos conocimientos, y piensan que son pueblos sin cultura.  Tras repartirse en continente africano en 1884, con un triple objetivo: riquezas (explotación), civilizador (llevar la cultura superior europea) y evangelizador (la visión cristiana de salvar las almas) comenzarán a surgir conflictos no previstos. 

Todos estos objetivos no eran más que una máscara de la realidad, crear grandes imperios y convertirse en grandes potencias.  La idea del momento era tener mucho territorio, controlarlo directamente y explotarlo en beneficio del hombre blanco, el resto eran, mayoritariamente, pretextos de conquistador.

Lo que la mayoría de los europeos no quisieron ver, o no pudieron ver, es que existían culturas con una concepción diferente del mundo y de la realidad, que sus creencias en algunos términos podían ser meras supersticiones, pero también algunas de las que llevaron los europeos de ese momento.  Y que lo mejor es conocer y no destruir.

De estos grandes imperios el mayor era el inglés, con ideas de superioridad y segregacionistas raciales muy claras, había que dominar, pero, de ninguna manera mezclarse.  Hubo pueblos que fueron pronto controlados, otros que forzaron una gran resistencia y plantaron cara, pero, tal vez, a lo que los europeos de finales del XIX y principios del XX, fuera a que una mujer se enfrentara a ellos. 

Esta es su historia.

La Reina Madre Nana Yaa Asantewaa (1863-1923) era del Clan Ejisu de los Asante, y será esa mujer.

Los Asante o Ashanti estaban asentado, más o menos, en el territorio que actualmente coincidiría con el país de Ghana, en el momento histórico de los hechos se le conocía como Costa de Oro, y estaban bajo un protectorado británico. Éstos, los británicos, favorecieron las sublevaciones contra los Asante haciéndose cargo del control de las minas de oro, que pasaron a propiedad estatal, con lo cual redujeron los ingresos de los Asante.  También los británicos establecieron misiones y escuelas misioneras, interfiriendo en los asuntos locales, que hasta ese momento llevaba esta familia.

Esta injerencia británica y la pérdida de control tanto de los ingresos como del territorio hizo que se rebelaran contra los británicos, y, si esto era poco, el gobernador Lord Hodgson, les exigió le entregaran la conocida como el Taburete Dorado, que era un trono símbolo de la independencia Asanti.

Ante la resistencia y negativa de entrar el símbolo del poder, y no poderla localizar, el capitán británico enviado, C.H. Armitage, cuando llega a un pueblo, Bare, y localizar solamente a niños, que le informan sus padres han salido de caza, decide golpearlos y maltratarlos hasta su práctica muerte.  Ante esta visión los padres salen de sus escondites en defensa de los menores, el capitán los manda atar y golpear.

El enfrentamiento entre los Asanti y los británicos parece no tener fin, la brutalidad británica va sen aumento, y es en este momento que comienza la guerra entre Yaa Asantewaa para la Independencia, en marzo de 1900.

Pero ¿quién era Yaa Asantewaa?

¿Una líder, una reina, una defensora de su pueblo, una granjera, una reina guerrera, una defensora de las mujeres?

Es todo ello a la vez, pero, especialmente es una mujer que acabó convirtiéndose en todo un símbolo de la fortaleza y decisión de las mujeres, de sus capacidades y de la defensa de las mujeres. 

¿Una mujer al frente de un reino, una mujer dirigiendo un ejército?  Esta idea, este hecho, desestabilizó a los británicos que no podían concebirlo como algo “natural y lógico”.

De Yaa su fecha de nacimiento no queda clara, pero se calcula que fue entre 1840 y 1860.  Su trabajo y ocupación era de granjera, como mucha gente de su pueblo, y que ascendió al título de Reina Madre en la década de 1880.

Pocos datos tenemos de su vida anteriores a los hechos que la hicieron famosa. Nació en Besease, en el centro de Ghana, Asantewaa era el mayor de dos hijos. Su hermano, Afrane Panin, se convirtió en el jefe de Edweso, una comunidad cercana. Después de una infancia sin incidentes, cultivó cultivos en la tierra alrededor de Boankra. Contrajo matrimonio adúltero con un hombre de Kumsi, con quien tuvo una hija.

¿Por qué le otorgaron este título y todo lo que conllevaba?

En este pueblo se seguían líneas matrilineales, y fue su hermano mayor, Nana Akwasi Afrane Okpase el que le concedió este título. Cuando su hermano murió en 1894, Asantewaa usó su derecho como Reina Madre para nominar a su propio nieto como Ejisuhene

No era un título honorífico, comportaba grandes responsabilidades, entre ellas el tener la guardia del Taburete Dorada.  Este símbolo Asanti representaba no sólo su cultura sino también su poder.

Otra función de la Reina Madre era la de ser madre del rey reinante, y una posición de gran poder siendo la principal consejera del rey y, por lo tanto, la segunda figura de poder del reino.

Los enfrentamientos entre los Asanti y los británicos comenzaron en 1896, el control de las riquezas de la zona era fundamental, y ante la negativa de cooperación Asanti los gobernantes británicos pronto comenzaron con represalias.

La primera de ellas fue capturas y exiliar a Asantehene Prempeh I, rey de Ashanti, y a su nieto de Asantewaa, como también a Kofi Tene, que era un poderoso líder de la comunidad, a las Islas Seychelles.

El objetivo era descabezar el poder Asanti exiliando a sus líderes masculinos, ya que, para los británicos, era inconcebible en África un gran líder femenino.

Es curiosa esta posición de desprecio hacia líderes o gobernantes femeninas en África, cuando en este momento es reina y emperatriz del imperio Victoria I (1819-1901).  Pero no nos engañemos, la figura de la reina estaba fuera del cómputo de féminas, el resto de sus súbditas, asumido o no, eran ciudadanas de segunda y sin opción a opinar.

Yaa Asantewaa se encuentra en una posición difícil, una posición de poder y ha de tomar una decisión.

Su comunidad discute qué debe hacer frente las amenazas británicas, ahora que el rey y su nieto han sido exiliados.

Asantewaa, que estaba en esta reunión, se puso de pie y se dirigió a los miembros del consejo con estas ahora famosas palabras: “Ahora he visto que algunos de ustedes temen avanzar para luchar por nuestro rey. Si fueran los valientes días de Osei Tutu, Okomfo Anokye y Opuku Ware I, los jefes no se sentarían a ver a su rey capturado sin disparar un tiro. Ningún hombre blanco podría haberse atrevido a hablarle al Jefe de Asante de la forma en que el gobernador les habló a ustedes, jefes, esta mañana. ¿Es cierto que la valentía de Asante ya no existe? No puedo creerlo. ¡No puede ser! Debo decir esto: si ustedes, los hombres de Asante, no siguen adelante, nosotras lo haremos. Llamaré a mis compañeras. Lucharemos contra los hombres blancos. Lucharemos hasta que la última de nosotras caiga en el campo de batalla”.

Será el gesto de Yaa el que le hará pasar a la historia, de mantiene firme, decide reunir a las tropas, y convertirse en el comandante jefe del ejército Asanti.

Liderará la quinta y última guerra de su pueblo contra los británicos, y será conocida como la Guerra de Independencia de Yaa Asantewaa o Guerra del Taburete Dorado, comenzándola en 1900.

Asantewaa será elegida por varios reyes regionales de Asante para ser la líder de la guerra y dirigir el combate de los Asanti. Este es el primer y único ejemplo de una mujer que recibe ese papel en la historia de Asanti.

Yaa Asantewaa liderará la rebelión que supondrá la muerte de 1000 soldados africanos británicos y aliados y de 2000 asanti.

Es en este momento en el que ella proclama que si los hombres no defienden el reino lo harán las mujeres y que están preparadas para este desafío.

Durante la lucha, la reina Yaa Asantewaa y quince de sus asesores más cercanos fueron capturados y también fueron enviados al exilio a Seychelles. La rebelión representó la guerra final de la serie de guerras anglo-asante que duró todo el siglo XIX.

Yaa no ganará la guerra, será capturada y exiliada a las Seychelles, donde morirá en 1921.

Este acto de dirigir, de comandar la guerra, supondrá un acto de empoderamiento para su pueblo, y, especialmente, para las mujeres de su territorio demostrando su valía y capacidad.

Hoy los ghaneses la ven como una reina madre que tuvo gran influencia política y social.  Pero también hay que destacar un hecho que a los británicos les chocó mucho, la existencia de un estado matriarcal y la importancia de las líneas matrilineales.

El hecho de que una mujer fuera la jefa política y máxima autoridad militar era algo que superaba las concepciones de la mujer de los gobernantes británicos del siglo XIX, no podían entender el rol de las mujeres en cuanto guardia, defensa y control de los símbolos y emblemas, pero mucho menos sus actuaciones directas en temas que consideraban exclusivamente masculinos.

La estructura del pueblo asanti tenía un representante masculino y su reflejo en femenino.  Las ancianas que eran jefes de por línea materna eran las mpanyimfo, y formaban un consejo conocido como ôdekuro, que, a su vez, nombraba a las encargadas de los asuntos de las mujeres, conocidas como òbaa panyin.

El jefe de una división era llamado el ôhene y el jefe de la comunidad política el amanhene, éstos tenían a su vez una contraparte femenina como la ôhemaa (una mujer gobernante que se sentaba en los consejos) y todos ellos, las ôhemaa y los ôhene, eran de la misma línea de matriarcal.

Por tanto, tenían una estructura en que los hombres y mujeres tenían roles iguales y con funciones concretas dentro de su sociedad.

La mujer que ocupaba el taburete femenino era la asantehemaa, que también tenía su contraparte masculina en el asanthene.

Era una sociedad rica, compleja, nada simple ni primaria, una sociedad en que la mujer tenía un rol importante en la misma y una capacidad de decisión superior a las mujeres europeas de su momento.

Además, las mujeres que ocupaban los taburetes tenían un amplio poder ya que no solamente participaban en los procesos judiciales y legislativos, sino que también en declarar la guerra y firmar la paz o en la distribución de las tierras.

Fue una figura tan crucial que incluso le hicieron una canción:

¡Koo koo hin koo

Yaa Asantewaa ee!

Obaa basia

Ogyina apremo ano ee!

Waye be egyae Na

Wabo mmode

(“Yaa Asantewaa

La mujer que lucha ante los cañones

Has logrado grandes cosas

Has hecho bien”).

Mientras que Europa discute qué pedazo de tierra quedarse y civilizar y adoctrinar a pueblos inferiores, los británicos, aquellos que hablaban de la responsabilidad del hombre blanco, se encontrarán con una mujer que les plantará cara, que dirigirá un ejército, y que, aunque fue exiliada, demostró que una mujer también puede gobernar, comandar y ser respetada.

Mientras los europeos discutían, una mujer Yaa Asantewaa, les demostró lo mucho que se podía hacer siendo mujer, en ese momento ni los británicos, ni los europeos, estaban preparados para aceptar (aún hoy en día cuesta) este hecho tan igualitario.

Es todo un ejemplo de empoderamiento femenino mucho antes de acuñar el término.

La reina madre Yaa Asantewaa.

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