Hoy me siento mejor representada por el Congreso de los Diputados. En el último pleno se oyeron todas las lenguas cooficiales del estado, habladas por los y las representantes de la Cámara.
El Congreso de los Diputados ha estrenado este martes el uso de las lenguas cooficiales durante los plenos y por primera vez se ha podido escuchar con traducción simultánea las intervenciones de los diputados en catalán, vasco y gallego. La Cámara Baja ha aprobado la tramitación de la proposición de ley de reforma del Reglamento del Congreso de los Diputados para permitir el uso de las “lenguas que tengan carácter de oficial en alguna comunidad autónoma”.
Desde pequeña, escucho grandes discursos y leo argumentarios que hacen referencia a que nuestro país es muy rico por la diversidad cultural. Que las diversas culturas conviven en paz gracias a la constitución, etc.
Soy catalana, nací y vivo en Catalunya, y me siento muy orgullosa de que no solo las culturas castellanoparlantes y catalanoparlantes hayan desarrollado una convivencia pacífica entre ellas, sino que lo hayan hecho también con las otras culturas que se han acoplado a éstas, y que proceden allende los mares.
En el Pleno del Congreso de ayer cobró sentido todo este relato. Se abrió la sesión con la intervención de un Diputado, que se dirigía a la Cámara en gallego.
Sólo los y las del “pinganillo del odio “dieron muestras de disgusto. Me pregunto cuál es la razón. ¿De verdad ninguno de ellos escucha en su entorno otra lengua distinta del castellano? Su vida se desarrolla en un entorno/territorio donde solo existen castellanos parlantes? Necesito saber dónde se encuentra ese pequeño país para conocerlo.
Quizá les paralice el terror. El terror a que esta pequeña muestra de la diversidad cultural de nuestro país resquebraje y en consecuencia provoque el final de la gran nación española. A ellos y a ellas, les digo que no se preocupen, que la expresión en tu propia lengua solo te hace mejor y más libre. Igual que cuando ellos y ellas lo hacen con la suya, el castellano. No se trata de números, de competencia por demostrar cual es la lengua mayoritaria, sino de representar y dar voz a los ciudadanos y a las ciudadanas a los cuales representan.
A mí me gustó. Me gustó escuchar a los diputados y a las diputadas que quisieron expresarse en su lengua, por otro lado, cooficial en el estado. Me gustó escuchar el euskera, el gallego, el catalán, el castellano.
Creo que, a las ciudadanas y a los ciudadanos gallegos, catalanes y catalanas, vascos y vascas, también les gustó. Y, además, como a mí, por fin les cuadró el eterno relato de la riqueza de la diversidad cultural. Creo que a los territorios de habla castellana también les gustó comprender mejor la diversidad en la que viven, porque también viven en la diversidad, aunque sea proveniente de allende los mares.
Ayer vi una Cámara a todo color, más representativa, más feliz, más creativa, más avanzada, más abierta, más valiente. En definitiva, menos gris. Vi una Cámara más democrática.
Carmen Garcia Gómez
Compromesa amb les polítiques d’esquerra, el feminisme, l’ecologia i la justicia social.