1 minuto son 60 segundos

light city people street

Estaba alucinada, embobada, abducida, o, tal vez, asombrada, porque hacía más de cinco minutos que no quitaba ojo al panel informativo, y éste no había cambiado, rabiosamente seguía anunciando mi tren para dentro de un minuto.

Yo creía que un minuto eran sesenta segundos, pero jamás imaginé que los segundos se arrastraran tan lentamente que acabaran transformándose este minuto (casi eterno) en cinco.

Como yo otros futuros viajeros miraban el panel, otros el móvil, mucho más interesante, y unos cuantos charlaban.  Nadie comentaba este minuto eterno, supongo que acostumbrados (mal acostumbrados) a las cercanías de Renfe y sus tiempos incomprensibles.

El minuto siguió por dos o tres más, y ya van ocho, y de pronto, sin comentario alguno por esa megafonía que no se entiende, el tren desapareció del panel y solamente mostraba el siguiente.  Total, 12 minutos más.

Aquí Agatha Christie no hubiera podido poner en boca de Miss Marple que sabía exactamente cuando sucedió un hecho, ya que oyó pasar el tren de las 16,03.  Aquí este tren podía pasar a las 16,08, a las 16,15 o no pasar.  Todo así de sencillo y sin explicación.

Porque hay cosas que son absolutamente inexplicables, como que esperes en la primera estación que tiene parada el tren y llegue con veinte minutos de retraso. ¿Se echó la gente a la vía protestando?, ¿se rompió la máquina y esperaban la llegada del recambio por wifi?, ¿le había dado una lipotimia al maquinista? ¿o se había atrincherado en el baño y ahora no podía salir?.  En cierto modo pocas dudas para veinte minutos de retraso.

Pero no les cierto que nunca den explicaciones, o bien lo comunican diciendo, “el siguiente tren pasará con veinte minutos de retraso”, así a lo vivo; o bien añaden una muletilla mucho peor, “por causas ajenas a la empresa”.

No te fastidia, era lo que nos faltaba, que además provocaran ellos los retrasos.

Y aquí sigo esperando, ¿vaya!, indican nuevamente un minuto de espera. ¿Será verdad en esta ocasión?.

Marisa Escuer

Profesora de la UOC y Docente de Secundaria

@marisaescuer

Deixa un comentari