¿Libertad de hacer daño? ¿Libertad para torturar? ¿Libertad para matar? …
Si tenemos en cuenta el proceso de tortura, el daño que se inflige durante la corrida y la muerte final del toro, a muchos ya nos parece razón suficiente para que estas se prohíban. No obstante, es un tema controvertido con que se está convirtiendo en bandera que la derecha enarbola como tradición y cultura.
No dudo que las corridas de toros sean una tradición con muchos años de historia, pero eso no es argumento suficiente para seguir haciéndolo. La ablación de clítoris o los apaleamientos por adulterio también son o han sido en algún momento tradición en algunas zonas del mundo, pero no por eso dejamos de denunciarlo y aun ahora seguimos luchando contra estos métodos de tortura y dominación a la mujer.
Las tradiciones sirven para conectarnos con nuestro pasado, una forma de proyectar nuestra cultura hacia el futuro y de reafirmarnos a nosotros mismo. Pero la evolución sirve para algo y, entre otras cosas, sirve para poder mirar el pasado de forma crítica, mantener aquello que sea válido y eliminar lo malo como en este caso es el maltrato animal.
También a la derecha se le llena la boca de decir que la tauromaquia es cultura, en este caso me remito, simplemente escuchar y leer lo que dice al respecto la UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, Educación y Cultura. Pues hace ya más 40 años, en 1980, esta organización se pronunció sobre las corridas de toros diciendo que la tauromaquia es el arte banal de torturar y matar animales delante de público. Además el pasado 2020 la UNESCO rechazó considerar la tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La crueldad, el maltrato y el dolor no se pueden considerar cultura. La cultura son las costumbres y modos de vida que contribuyen a que nos desarrollemos de modo positivo, nos ayuda a evolucionar y a sentir y el maltrato animal no cumple ninguno de los puntos que debería cumple la cultura. Actualmente solo están permitidas en 8 países, por algo será.
Podría extenderme, pero creo que no es necesario, señores y señoras de la derecha, basta de defender la tortura animal bajo la bandera de la libertad, para después en otros temas más claros de libertad, como la libertad sexual, sean ustedes unos retrógrados y unos/as LGTBI fóbicos.

Victoria Corbacho
Sindicalista UGT Baix Llobregat
