Vela Blagoeva

“No hay alegría sin amor, el mundo con todas sus alegrías está oscuro cuando el corazón está vacio”

“Toda la vida de nuestra amada abuela Vela fue un gran poema heroico”, así al describen sus descendientes, una mujer no fuerte de cuerpo, pero con una gran fortaleza de espíritu.  Convencida feminista, convencida socialista, y, más todavía, convencida del poder que la educación podía suponer para las futuras generaciones y para las mujeres en concreto.

La historia de Bulgaria no es fácil, rodeada de imperios ambiciosos, se vio sometida a los turcos desde el siglo XIV, con una gran destrucción de su cultura y sus edificios, viven este sometimiento con una fuerza inusitada.  A pesar del “impuesto de sangre” al que son sometidos, por el cual el ejército otomano les quitaba los niños pequeños a las familias para que fueran más adelante soldados de alto rango de las fuerzas turcas, y así posteriormente enviarlos a destruir a sus propias familias; a pesar de todo ello no llegará el pleno sometimiento habiendo levantamientos, y, a pesar de la presión el cristianismo no llegará a desaparecer, sino que supondrá un elemento de unión y fuerza.

Ni los turcos, ni los otros imperios centrales europeos que les rodean (ruso y austriaco), consiguen poner fin al espíritu búlgaro, que añora tener un territorio libre de la presión del entorno.

En este convulso territorio nacerá Victoria Atanasova Zhivkova, llamada Vela Blagoeva tras su matrimonio.

Su periodo de vida está marcado por múltiples hechos, no solamente la lucha tenaz de las mujeres por su reconocimiento social y legal, sino, la lucha por la supervivencia o por la constitución de un estado propio tras siglos de control turco.

Vela nace en Tarnavo en 1859, siendo Bulgaria parte del Imperio Turco, y fallece en 1921, acabada la Primera Guerra Mundial, la Gran Guerra, y desbaratado el Imperio Austro-Húngaro y también el turco, fallece en un estado libre convertido en monarquía.

Era la menor de cinco hermanos del matrimonio formado por Spiridonova y Atanas Zhivkov.  Su familia no dejará de ser especial y muy implicada en todos los acontecimientos del país.  Así su hermano Georgy se dedicará a la política y será elegido presidente de la Asamblea Nacional de Bulgaria en tres ocasiones, y su otro hermano, Nikola, fue el fundador del primer jardín de infancia y el autor del primer himno nacional del país; además de estos dos varones tenía dos hermanas, Mariola y Rosa.

Su padre murió siendo ella muy pequeña, y los hermanos mayores asumieron las responsabilidades familiares de cuidado y mantenimiento de la misma

Victoria, Vela, estudió en diferentes ciudades, y pronto manifestó su interés por la enseñanza, de esta manera en 1874, conjuntamente con su hermano Nikola fundan la primera escuela para niñas. Ya con catorce años manifestaba su predilección hacia la enseñanza, convirtiéndose en maestra “para despertar la conciencia pública”.

Tras el conflicto turco-ruso, se traslada a San Petersburgo en el periodo de 1878 a 1881 a estudiar pedagogía gracias a una beca del Comité de Solidaridad Eslavo, y completa los estudios hasta 1884 en prestigiosas escuelas rusas.  Aquí entrará en contacto con las ideas socialistas que más adelante desarrollará.  De hecho, vivió en directo las protestas estudiantiles contra el gobierno autócrata del zar, y este hecho la influyó muchísimo, también en ese momento conoce al que será más adelante su marido, Dimitrar Blagoeva.

Entre los dos periodos formativos en Rusia, Vela, regresará a Bulgaria en 1881 para enseñar en Edirne y más tarde en Bitola.  Su gran labor es pedagógica, interesada en que las niñas vayan a la escuela y aprendan para valerse y poder ser libres en su vida.  Será directora de la escuela de Bitola, y también de una escuela dominical para mujeres, asistiendo una media de 20 a 25, y con el objetivo de que llegar a convertirse en una sociedad de mujeres. Pero pronto debe regresar a Rusia donde completará sus estudios.

De vuelta a Bulgaria con su marido en 1885 publican la primera revista socialista del país, Sovremenniy Pokazatel (Современний Показател) (Indicador Moderno), en ella Vela escribe sobre educación de la mujer, igualdad o discriminación docente.  Su manera de pensar, sus ideas, la ponen en el punto de mira, y en una situación delicada y se ve obligada a marchar y buscar un nuevo trabajo.  Viéndose obligada a lo largo de su vida el ir cambiando de escuela con frecuencia: Sofía (1884-1885; 1905-1907), Shumen (1886-1887), Vidin (1887-1890), Veliko Tarnovo (1890-1892), Stara Zagora (1892-1893) y Plovdiv ( 1893-1896).; 1902-1903), Tulchi (1901-1902) y Tristenika (1907-1912).

En 1894, trabajó como editora de las revistas femeninas “Delo Trud” y “Delo”, ambas de orientación socialista, y se centró en obras literarias de autores socialistas búlgaros, publicando también poesía, así dio a conocer a autores como Kirill Hristov, Dimitr Polyanov, Ivan Andreychin y prosa de Anton Strashimirov.  Pero en 1896 ha de dejar su trabajo en estas revistas por las actividades políticas de su marido.

Pero la gran labor de Vela acababa de comenzar, así en 1901, junto con unas compañeras, tales como, Dimitrana Ivanova, Ekaterina Karavelova, Anna Karima, Kina Konova, Yulia Malinova y otros fundan la primera organización nacional de mujeres en Bulgaria, la Unión de Mujeres Búlgaras (Unión de Mujeres Búlgaras), aunque en 1903 surgen unos desacuerdos en el grupo y Vela lo abandona.   Motivo, considera que el sindicato, unión, de mujeres, se está ocupando de la población de clases más acomodadas, y en su trabajo olvidan a las obreras. 

Su orientación es clara, defender a la mujer, y especialmente a la mujer obrera que era la más desatendida, y que en medio de la vorágine de acontecimientos pasados y por pasar, era, sin duda, la más indefensa.

De esta manera se centra en la que considera su gran objetivo, la defensa de los derechos de las trabajadoras, e inicia la publicación de una revista, Women’s Labor, cuya temática fundamental es ésta.

Pero ella, por su formación, por su talante y por su espíritu, piensa que la educación de las mujeres trabajadoras supondrá el punto de inflexión del cambio, por ello en 1905 crea la primera organización dedicada a la formación de las mujeres obreras, y ese mismo año, en agosto, organiza una conferencia mujeres socialistas en la ciudad de Sofia.  Pero sus acciones no son bien vistas en algunos sectores, incluso su marido, socialista declarado y comprometido, lo critica ya que considera, junto con muchos otros, que las mujeres no deben participar en los movimientos sindicales.  Ella lo rechaza plenamente, porque aquello que considera fundamental es la independencia de la mujer, y ésta no será posible sin la posibilidad de acceder a una educación igualitaria con los hombres, y sin recibir una remuneración igual a ellos, y, además, dada la problemática y situación de las mujeres, también insiste en no castigar la prostitución, ya que, desgraciadamente, suponía en ocasiones el único modo de vida.

Su labor de divulgadora fue cada día en aumento, escribiendo en múltiples diarios y revistas, como Den, Democraticheski pregle, Svetulka, Pravo delo, Novo vreme, Cherven smjah, Uchilishten pregled y Uchitel.  Este incesante trabajo difundiendo ideas de mejora para la formación y vida de las mujeres, les reportaba en muchas ocasiones el dinero para sobrevivir, ya que su marido, debido a sus ideas y posicionamiento, en muchas ocasiones no podía trabajar.

Bulgaria siguió su vida en medio de los imperios que le asechaban, y especialmente, en una gran pugna por el control que deseaba ejercer el imperio turco, que en este momento ya se encontraba en plena decadencia, de esta manera el año 1908 Ferdinando (Ferdinando de Saxe-Coburg-Gotha, que había sido puesto en un cargo sin mucho peso y control por Rusia y Gran Bretaña) declaró la independencia de Bulgaria, anulando la dependencia nominal de Turquía y proclamándose zar de los búlgaros.

Bulgaria parece que renace, pero en cierto modo es una historia falsa, la Primera Guerra Mundial está en las puertas.

Aún tendrá la desgracia de vivir durante este período, y ver como la vieja Europa se desmorona, y como el socialismo triunfa en Rúsia. 

Para la posteridad quedarán sus cuatro hijos Stela (1887-1954) Natalia (1889-1943), Vladimir (1893-1925) y Dimitur (1895-1918), que fallece durante la Segunda Guerra Mundial, pero especialmente quedará el recuerdo de su labor como maestra, como enseñante, como mujer comprometida, y como defensora de las mujeres, recibiendo muchos honores en su país, y poniendo escuelas a su nombre.

También será recordada por escribir obras literarias, históricas y pedagógicas: “Reina Teodora. Boceto de la vida búlgara del siglo XIV” (1894), “Proceso” (1898), “Después de la tormenta” (1904), “Dos historias de la vida popular de los búlgaros” (1904) y “Metodología de la lengua búlgara para las escuelas populares de primaria y tres grados” (1892).

¿Qué nos queda de Vela?, no solamente sus libros, sus métodos de enseñanza, su preocupación por las mujeres, nos queda el hecho de los pasos que dio para el progreso femenino, como fundar el movimiento socialista organizado de mujeres, e incentivar la formación de las mismas.

Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, no deja de ser una frase hecha sin sentido, hay muchas mujeres, solas o acompañadas, con o sin pareja, que destacan por su firmeza y por su compromiso, que tienen un horizonte claro que nunca pierden de vista, que son conscientes del entorno que les ha tocado vivir y que, a pesar de ello, superan los obstáculos y no se paran.  Detrás de toda gran mujer, como Vela, hay un espíritu luchador y un pleno convencimiento, en su caso muy motivado, que hay dos cosas que posibilitan que la mujer sea libre, y no son solamente las leyes y la sociedad, son la educación-formación, y el tener un trabajo con un salario digno que le permita desarrollar su vida como ciudadana de pleno derecho.

En estos puntos Vela fijó su existencia, no perdiéndolo nunca de vista, a pesar de las dificultades y de las circunstancias personales.

http://velavt.net/index.php/2011-12-18-17-31-49

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