no hay poder en el mundo como el de una mujer …
En 1848, año de nacimiento de Louisa Lawson (1848-1920), en Albury (Australia), este país en crecimiento, aún, en cierto modo, dependiendo de la Corona Británica, gozaba de una gran autonomía, y, tal vez lo más importante, de riquezas minerales, entre otras. Y aunque las diferencias con la metrópoli fueran abismales en cuanto clima, paisaje, vegetación y fauna, las costumbres sociales. Y aunque nació durante el breve reinado de Guillerno IV (1830-1837), y toda su vida se desarrollo durante la época victoriana (1837-1901), las improntas y normas de aquel período quedaban demasiado lejos para llegarles.
Louisa Lawson, como muchos de los nacidos tan lejos de la metrópoli, intentaron forjar un nuevo modelo social y de relaciones, motivos muy claros, en circunstancias, latitudes y paisajes nuevos, todo ha de crearse de nuevo, y se pueden cuestionar los modelos tradicionales y renovarlos.

En este contexto, ya como australiana de hecho, nace Louisa Lawson.
Se la considera pionera de la causa feminista en el país, además de escritora y articulista. Muy implicada en la causa de las mujeres, no podríamos decir que su vida fue fácil. Sus padres provenían de zona rural y eran trabajadores, su padre era empleado de estación, Henry Albury, y su madre costurera, Harriet Winn. Una gran familia, doce hijos, de los cuales era ella la segunda. Su educación no fue muy amplia, en una escuela rural a la que a menudo faltaba para ayudar a la amplia familia. Como la mayoría de las niñas abandona la escuela muy pronto, a los trece años, y en 1866 se casa con el marinero noruego Niels Larsen, el cual anglicanizó su nombre a Peter Lawson.
Sus primeros años de matrimonio fueron duros, vivía en el campo en una tienda de campaña. Todos sus hijos (Henry, Charlie, Peter y Gertrude, que nació con una gemela que falleció) nacieron en el ese lugar. Pocas comodidades y poca ayuda.
De hecho, comienza a darse cuenta de lo que pasa cuando quiere escolarizar a los niños. No hay escuela local.
En este momento nace Louisa Lawson como mujer comprometida con su tiempo y entorno. Comienza una campaña entre la gente del distrito para solicitar una escuela.
Trabaja duro en el campo, conduce carros de caballos, hace los trabajos domésticos, cuida de los niños, se ocupa de las labores agrícolas. Es una mujer fuerte y alta que puede con todo. Para añadir ingresos cose, es una buena costurera. El primer negocio que tendrán será una tienda, están en plena fiebre del oro en Australia y es un buen negocio. Al matrimonio le va bien, pero tres años consecutivos de sequía arruinan la agricultura. Ya no pueden continuar allí y deciden marchar a Sydney. Mujer animosa y emprendedora decide comenzar de nuevo.
Sydney es un mundo de oportunidades, hay gran cantidad de fábricas y talleres, las mujeres tienen ahora otra opción de trabajo fuera del servicio doméstico, una opción que les da más seguridad, aunque no igualdad. Y en esta nueva tierra los modelos y hábitos sociales cambian, el matrimonio ya no es visto como la opción optima de la mujer, y una mujer soltera no es un hecho aislado y mal considerado. Sydeny es diferente.
Su matrimonio no va bien, y mantienen una relación en la distancia, hacen ver que el matrimonio sigue, pero hace tiempo que está terminado. De hecho, Peter enviaba dinero de manera irregular para ayudar a mantener a los niños.
En esta ciudad se une a algunos hombres de ideas próximas a las suyas para comprar una imprenta donde publicar una revista, The Republican. Le supone un nuevo reto, un nuevo aprendizaje. Aprendió a escribir bien, a redactar contenidos, a editar.
De ideas progresistas, nacionalistas y antirracistas, la publicación vio la luz en 1887. Este diario fue efímero, ya que, al año siguiente, 1888, sale a la luz la publicación en la que ella desarrollará todas las ideas y peticiones feministas: The Dawn. El primer ejemplar tenia treinta y dos páginas y se calcula que mil suscriptores, no solamente eran de Australia, sino también de Nueva Zelanda. De hecho, la revista acabó teniendo seguidores no solamente en Gran Bretaña, sino también en algunos países de Europa y en Estados Unidos. Fue un gran éxito y se publicó durante 17 años siendo un referente en el mundo femenino reivindicativo del momento.
Lawson anunció sus principios feministas en su primer número y lo comienza con luna frases del poema la Princesa de Alfred Tennyson “La mujer no es un hombre incompleto, sino diverso”. Y continua posteriormente “Los hombres legislan sobre el divorcio, las horas de trabajo y muchas otras preguntas que afectan íntimamente a las mujeres, pero que no preguntan ni conocen los deseos de aquellos cuyas vidas y felicidad están más preocupadas …”
Y continúa: “hasta ahora no ha habido un instrumento a través del cual las voces concentradas de las mujeres pudieran publicar sus quejas y sus opiniones … Aquí está, pues, The Dawn, el Australian Woman’s Journal y portavoz: un fonógrafo para dar cuerda a los susurros, súplicas y demandas de la hermandad…”

The Dawn se implicó en la causa femenina totalmente, tratando temas impensables en otros momentos como el matrimonio, las condiciones del mercado laboral femenino, las leyes discriminatorias, pero hizo especial hincapié en la doble moral del momento, la doble moral sexual. Así en 1890 convocó la huelga doméstica, una convocatoria de la asociación de mujeres. Lema: ¡¡¡VIDA DOMÉSTICA PARALIZADA!!!
Por primera vez se hacía una analogía en las esposas con su trabajo domésticos a cuestas, y las trabajadoras. Siendo consciente de esta realidad intento organizar el trabajo doméstico de las mujeres de manera más eficiente, haciendo que fueran consciente de lo esenciales que eran para la comunidad, tanto como los mismos hombres.
Con la revista Down contribuyó al desarrollo de una opinión pública en temas femeninos antes no contados, no solamente era la emancipación de la mujer, también se trataban temas como: la prostitución, el trabajo doméstico no remunerado, la posibilidad de ampliar en otros trabajos el mundo femenino como encargadas de prisiones, inspectoras de trabajo, etc; en su revista se podían encontrar también consejos de salud, de cuidado de los niños, relacionados con la dieta, el descanso y el ejercicio, así como patrones de papel alentando a las mujeres a arreglarse.
En su diario trabajaban mujeres y este hecho sirvió como revulsivo para que las asociaciones de tipógrafos, que actuaban a manera de un sindicato artesanal, negaran la afiliación a las mujeres. Su objetivo era expulsarla del mundo editorial. ¿Cuáles fueron sus acciones? En 1889 la Asociación de Tipógrafos de Nueva Gales del Sur le declaró el boicot a Dawn, y el motivo era que centraba mujeres. Para conseguir este boicot la asociación visitó a los anunciantes de la revista y amenazarlos si no retirabas su publicidad de Dawn. Ante este hecho Lawson pidió a sus suscriptores para que se acercaran a los comercios que tenían publicidad con la revista y les informaran que acudían a sus comercios porque salían publicitados en la misma. Fue efectivo.
Lawson era consciente que solamente la independencia económica podía ayudar a las mujeres, estuvieran casada o no, ya que este hecho le posibilitaba el ser más libre a la hora de tomar decisiones. Era fundamental que la sociedad, el mundo, reconociera el trabajo de las mujeres, ya que “son tan esenciales para el bien de la comunidad como el de todo hombre”. Era importante que las mujeres eligieran la vía de la libertad, y esta era también mental, eliminar de la idea de dominio masculino y elevar a la mujer a la categoría de persona:” Unas cuantas vueltas más de la gran rueda de la evolución y la mujer reconocerá más universalmente el poder inherente de elevar, el poder de la pureza y la rectitud, desarrollándose más perfectamente primero dentro de su propia persona y luego extendiéndose a todas sus relaciones con la sociedad …”
En 1889 lanzó la campaña para el voto femenino y creó The Dawn Club, un club social de mujeres, cuyos objetivos eran “para el desarrollo mutuo, la ayuda mutua y para la consideración de varias cuestiones de importancia para el sexo”. El Club tuvo bastante éxito con reuniones quincenas de unas cincuenta mujeres, pero no duró mucho tiempo, ya que en 1891 apareció la Womanhood Suffrage League, con unas miras y objetivos más amplios, pero ella fue invitada desde el principio para unirse a dicha liga, siendo elegida como miembro del consejo. Como mujer inquieta abandonó este cargo en 1893 y se unió la Women’s Progressive Association que era el rival de la Womanhood Suffrage League, pero que tenía un compromiso claro con el movimiento obrero. Ya estamos en los albores de 1901, y en 1902 se lanza con fuerza la campaña del voto femenino. cuando se formó en 1901, al borde del éxito de la campaña del sufragio, en 1902, año en que se consiguió.
Pero Lawson fue a la vez escritora y poeta. El padre de Louisa era analfabeto, pero era un gran contador de historias, de él heredó la capacidad de narrar y enganchar con un relato.
Los últimos veinte años de su vida fueron complicados, el año 1900 tuvo una caía de un tranvía dañándose la columna vertebral y una rodilla, este hecho le imposibilitó trabajar en la revista, y se hizo cargo su hija Gertrude, volvió el año 1901 pero en 1905 cerró definitivamente The Dawn.

Louisa continuó escribiendo, contando historias a sus nietos, los hijos de Peter, pero las relaciones con su descendencia eran difíciles: Henry era alcohólico, Charlie tenía episodios violentos, Peter sufría depresiones, y Gertrude se casó con un neozelandés, y después de una fuerte pelea con su madre por la revista se alejó definitivamente.
Poco a poco fue perdiendo la memoria, y en 1920 su hijo Peter, después de asegurar su firma en un testamento que lo convertía en el único heredero de todas sus propiedades, incluidos sus papeles, la envió al Hospital Gladesville para Locos, donde murió en agosto de ese año. Triste final para una luchadora.
Louisa Lawson es aclamada como “la madre del sufragio femenino en Nueva Gales del Sur”, y su revista. The Dawn, contribuyó a ampliar el horizonte de las mujeres, despertar sus intereses, cuestionarse su vida, aspirar a nuevos horizontes, es decir, reclamar ser reconocida como una parte fundamental e insustituible de la sociedad.
Eso propuso Louisa Lawson, que la sociedad viera a la mujer, estuviera trabajando fuera de casa o en el hogar, como un elemento imprescindible. La pregunta seria, ¿qué sería de la sociedad sin las mujeres? Ella que reivindicó algo inimaginable, el trabajo doméstico, supongo que hubiera respondido: NADA