Creo que la mayoría de la ciudadanía europea nos alegramos del acuerdo que se logró en el Consejo Europeo del pasado 21 de Julio este año, para el lanzamiento de una emisión de bonos de la Unión Europea, por valor de 750.000 millones de euros, que deberá financiar no sólo prestamos, sino también transferencias directas a los Estados miembros, para que puedan llegar ayudas a los sectores productivos y sociales más afectados por la pandemia, debido al cierre forzado de sus actividades. Por primera vez Europa asume adoptar una deuda mancomunada, que permite afrontar las consecuencias de la pandemia que la está asolando, atendiendo las necesidades y sectores que quedarán más desfavorecidos. Asumir una deuda común es un salto cualitativo, es mucho más que sólo un mercado común. Incluso los acuerdos para conseguir nuevas figuras fiscales paneuropeas, sobre las plataformas digitales, las emisiones de CO2 y las transacciones financieras, aunque no tienes todavía concreciones, son un intento de abordar una nueva fiscalidad europea, que se enfrente también de forma conjunta a los retos que nos presenta el cambio climático.
Pero este primer atisbo de esperanza para conseguir una mayor integración de las decisiones políticas en Europa, y cuando se estaba realizando los debates en el Consejo Europeo para la adopción del proyecto de Marco Financiero Plurianual 2021-2027, y para poder poner en marcha el Plan de recuperación de la Unión Europea, el 16 de Noviembre, los gobiernos de Polonia y Hungría vetaron los acuerdos, cuando constataron que para acceder a la financiación europea, era una condición necesaria que los estados mantengan todas las premisa democráticas de un estado de derecho. Y la situación política en estos dos países se ha alejado de los valores e ideales democráticos de la Unión Europea.
La decisión se deberá tomar en el Consejo Europeo, y la ciudadanía española y por tanto europea debería ser consciente de lo que nos estamos jugando para nuestro futuro. Para enfrentarse a ellos recomiendo leer la declaración efectuada por UEF España, “UEF ESPAÑA APELA A APROBAR EL PLAN DE RECUPERACIÓN SIN DEBILITAR LA DEFENSA DEL ESTADO DE DERECHO” ( www.uefspain.eu/uef-en-espana), que apela “ a los gobiernos concernidos a retirar su veto, en aras de poder poner en marcha un paquete global de 1,8 billones de euros, del cual Polonia y Hungría serán grandes beneficiarios, siempre que sus gobiernos respeten los valores fundamentales de la Unión”. La decisión radica en si el Consejo Europeo está dispuesto a aislar a los vetos, tomando decisiones por mayoría cualificada, tal como permite el Tratado de Lisboa, asumiendo algunas dificultades nuevas, pero superables, para la puesta en marcha del Plan de recuperación.
Tal como señala la declaración, “esta situación no es sino el enésimo ejemplo de las dificultades prácticas y democráticas que plantea el mecanismo de la unanimidad a la hora de tomar decisiones fundamentales sobre el presupuesto multianual y sus ingresos, la armonización fiscal, y la política exterior, entre otros, en el seno del Consejo. Por ello resulta indispensable abordar, en clave federal, la reforma del Tratado de Lisboa en el marco de la futura Conferencia sobre el Futuro de Europa.”

Carme Valls Llobet
Metgessa i federalista
Autora del llibre Mujeres Invisibles para la Medicina. 2020. Capitán Swing

Estic totalment d’acord amb l’article de la Carme Valls.