Sin máscaras soy yo misma

Hace algo más de 10 años, me embarqué en un proyecto fotográfico llamado “Soy Eva”.En él, y a raíz de una charla con una amiga personal y de profesión, hablando sobre como mi madre tiraba con nosotros de pequeños arriba y abajo, cocinaba, iba a buscarnos al cole, corregía nuestros deberes… (he de decir que mi padre trabajaba 12 horas al día en la obra) y no se veía reconocido su trabajo de dedicación absoluta hacia nosotros de las madres, entonces me contestó: “pues haz un proyecto fotográfico, habla de nosotras, danos voz”. Y a ello me embarqué.

Por aquel entonces en lo que se refiere a la hora de hilar un proyecto fotográfico, estaba en la cúspide de del “lo sé todo” también llamado “cuñadismo” del efecto Dunning-Kruger. A día de hoy, y más de 10 años después, creo que estoy en el “valle de la desesperación” del mismo, y me planteo más dudas a la hora de reflejar un proyecto que por aquel entonces. Aunque estoy orgulloso de todas de las fotografías, sé que hoy día lo enfocaría en algunas de ellas de diferente manera. Pero eso es otra historia…
Hablando con la actriz Itziar Castro, a la cual conocí en las maravillosas veladas del espectáculo burlesque “Taboo” de la Sala Apolo las cuales yo fotografiaba, se ofreció a posar y ser retratada para el proyecto, lo cual fue un completo halago, y para ello muy amablemente la Sala Apolo nos cedió el espacio para realizar el retrato.

Me dijo que quería salir desnuda, sin representar un papel y sin máscaras, ser ella misma, ya que su profesión de actriz le hacía desempeñar más papeles que el tiempo que pasaba en ser Itziar. Yo pensé que “desnuda” era una manera de decir sin máscaras, con algún vestido de color neutro, pero no, desnuda era en el sentido literal de la palabra, con lo que entonces vi la fuerza brutal que iba a tener la fotografía.

Itziar subió al escenario, paso a la parte de atrás del mismo y allí se desnudó, salió a escena, pero no interpretando un papel, estaba siendo “Itzi” abrió los brazos ligeramente como diciendo “esta soy yo”.

Disparé con un simple flash de mano sobre el escenario, una luz dura, potente, iluminando la base y de abajo arriba, proyectando una sombra detrás, la cual me hacía dar mas fuerza todavía a Itziar sobre el escenario. La fotografía vista a través del visor de la cámara reflejaba la idea que queríamos mostrar, la naturalidad y transparencia de ella, sin tabús, clara y directa, porque como dijo Itzi: “Sin máscaras soy yo misma”.