‘I Am Because We Are’

Tantas preocupaciones y precauciones, confinamiento, toque de queda, protestas, desolación, soledad, tristeza, locales cerrados, problemas económicos…… Son, tal vez, demasiadas cosas en unas pocas líneas, pero es lo que nos está sucediendo, aquello que parece no tener fin, y de lo que estamos fatigados, unos porque niegan la mayor, otros porque tienen miedo, y otros porque están cansados, y todos porque nuestra visión es muy pequeña.

Por eso el otro día cuando alguien me volvió a hablar de Ubuntu pensé que sin duda es la mejor filosofía de todas: yo no puedo ser feliz si todos no lo somos, yo no puedo estar contenta si todos no lo estamos, una visión global de grupo, justamente eso que nos falta.

Tal vez nos suena Ubuntu del sistema operativo de software libre y código abierto, puede utilizaran esta palabra ya que significativa esa idea de cooperación frente al de exclusividad.

La palabra Ubuntu tiene muchas traducciones, pero la idea es “Yo soy porque nosotros somos”.   Ubuntu no es solamente una palabra de la zona sur de África, que parece ser viene de la lengua zulú y del dicho popular “umuntu, nigumuntu, nagamuntu“, es decir, “una persona es una persona a causa de los demás”.  No somos un ente aislado egoista, el ser persona nos lo da el hecho de pertenecer al grupo, por tanto, el grupo es fundamental y estamos ligados a él; nuestras acciones y decisiones egoístas inciden en el grupo, si solamente pienso en mí, perjudico al grupo que me da sentido como ser.

También Ubuntu es un principio ético sudafricano, centrado en la lealtad y en las relaciones, de hecho, se aplicó en la reconciliaciación de Sudáfrica tras el apartheid, y, ciertamente, dio resultado, un modelo de reconciliación en una sociedad dividida y plagada de historias de humillación y desprecio.

Pero nosotros no somos sudafricanos, ni tenemos estas tradiciones que nos hablan de la importancia del grupo, tal vez la tuvimos en un pasado muy muy remoto del cual no recordamos nada.  Vivimos en una sociedad donde el individualismo liberal prima ante todo, donde el propio yo es lo fundamental, donde lo que pase a nuestro entorno no nos importa si satisfacemos nuestras necesidades.  Es más, vivimos en una sociedad en la que el éxito se base en muchas ocasiones en no tener escrúpulos y utilizar o engañar a los otros, en donde pueden decirte que algo es nuevo cuando es viejo, es actual cuando no lo es, y en donde nos crean y creamos necesidades absurdas cada día.  Vivimos en un mundo en el que lo importante es competir y, más todavía, ganar.

¿Por qué me parece ahora Ubuntu tan importante?  Porque estoy cansada de oír que de esta crisis sanitaria (y económica) hemos de salir juntos o no salimos, y a continuación pasamos de todo.  Porque si aplicáramos este principio seríamos conscientes que el perjuicio que causamos al otro con nuestro egoísmo nos acaba pasando factura. Porque necesitamos pensar en colectivo y no en individual: eso es Ubuntu.

Y ya sabéis la historia: “Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y les dijo a los niños que aquel que llegara primero ganaría todas las frutas.

Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos, después se sentaron juntos a disfrutar del premio.

Cuando él les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron: UBUNTU, ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?

Creo que es la pregunta clase.  La respuesta está en nuestras acciones. Porque “el bien común, es el bien propio”.  Hemos de tener Ubuntu.

 

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