En la reciente aprobación de la Ley de Memoria Democrática, además de reconocer muchos derechos en relación con los desmanes militares y civiles, abusos y malas prácticas durante la dictadura franquista, destaca uno en particular referente a las personas que padecieron el Virus de la Poliomielitis durante el periodo de pandemia, entre 1950 y 1963, siendo consideradas víctimas del franquismo en la mencionada ley.
Esta enfermedad afecta en una franja de edad infantil. Se transmite por aguas contaminadas o bien por la saliva. Afecta a las terminaciones nerviosas y médula espinal. Tiene un periodo de infección breve, pero puede tener secuelas físicas muy importantes, invalidantes e incluso hasta la misma muerte. Hoy en día se vacuna a la población infantil en edad temprana y por tanto no se dan casos.
Las secuelas físicas son invalidantes de por vida, y con el tiempo, por los sobresfuerzos para intentar llevar una vida “normal”, aparecen consecuencias de impacto musculares y del llamado síndrome pospolio, con nuevos síntomas invalidantes en las personas que fueron afectadas.
En 1955 estaba disponible la vacuna a nivel mundial, con patente gratuita, si bien había que importarla con su coste de producción, transporte y vacunación por inyección. Para el gobierno franquista no fue considerada prioritaria la importación de las vacunas y hasta 1963 no se empezó a vacunar a la población. Incluso se llegaba a infravalorar la incidencia de este virus dando cifras muy por debajo de la realidad, en una situación de negacionismo por parte del gobierno. Asimismo, hubo escasa importación de vacunas en los primeros años, con lo cual quedaban muchos niños sin vacunar, expuestos a la enfermedad.
Se considera en esta Ley como víctimas del franquismo a las personas afectadas con secuelas de esta enfermedad a las que no se vacunó cuando ya existía la vacuna.
Se habla en esta ley de la “reparación” a las víctimas.
La primera reparación se da por el propio reconocimiento de ser consideradas víctimas de aquellos gobiernos franquistas.
Una reparación económica parece inviable por la falta misma de datos de cuantas personas fueron afectadas, así como en la dificultad de poder establecer baremos para determinar una compensación.
Se trata de una enfermedad que no se da en la actualidad y hay escaso conocimiento de la misma, incluso del propio censo de personas afectadas con vida en la actualidad. Empezar por establecer un censo puede ser un primer paso para intentar ayudar a mitigar los efectos de las secuelas adquiridas en su momento y empeoradas con el paso de los años.
Este censo podría permitir, por ejemplo, dedicar programas de rehabilitación específicos, aumentando las sesiones de fisioterapia y otros tratamientos encaminados a mejorar aspectos de movilidad y autonomía personal. Asimismo, permitir dotar económicamente ayudas técnicas para mejorar la calidad de vida de este colectivo.
Al mismo tiempo, “despertar” en la clase médica (al ser una enfermedad “del pasado” se desconoce y/o no se sigue como debiera) la atención a las personas afectadas o sospechosas de tener el síndrome pospolio para abordar su tratamiento y rehabilitación.
La limitación de movilidad muchas veces causa sobrepeso (en los afectados por Polio o cualquier otra enfermedad o situación que limite la movilidad en el tiempo) y esto lleva a afectaciones de otras enfermedades como diabetes, renales, coronarias y musculares, afectando especialmente en edades avanzadas, con perdida de calidad y de expectativa de vida.
Recientemente se está detectando el aumento de presencia del virus en las aguas residuales, que por ahora no está causando nuevas víctimas, pero que cualquier mutación podría hacer reaparecer brotes epidémicos de la misma. Especial atención para las personas que deciden no vacunar a sus hijos y que podrían ser vectores de nuevos brotes.
Esto también debe alertar a los epidemiólogos para efectuar seguimiento y determinar estrategias y acciones a seguir para evitar nuevos casos.
Este es un ejemplo de la importancia de analizar y reparar el pasado posible, pensando y actuando en el presente y de cara al futuro.
El reconocimiento a las personas y colectivos, historiadores y grupos parlamentarios por impulsar y apoyar la inclusión en la Ley de Memoria Democrática de esta cruel negación a la vacunación infantil, con secuelas de por vida.

Antonio Puparelli
Informàtic i activista social
@apuparelli

Gracias Antonio.
Todo lo que comentas es cierto, pero la pregunta es, ¿Quién o quiénes y por qué? No se quiere realizar Tratamientos Integrales en centros públicos, Rehabilitación personalizada y gratuita, Ayudas Técnicas personalizadas y gratuitas y acceder al Máximo de los Beneficios Sociales para Personas con Discapacidad ( en España más del 80%, de las-os Sobrevivientes a la Polio no lo pueden alcanzar por no tener en cuenta la Discriminación histórica) para las Personas que NO debieran de ser Discapacitadas con Secuelas crónicas, degenerativas y progresivas que hacen empeorar la ya maltrecha Calidad de Vida. Yo no lo sé pero “sospecho” que son personas que no quieren que se hable de la Eugenesis Positiva Franquista y estan influyendo en los Partidos y Gobiernos progresistas sembrando cizaña, manipulando y proclamando que perseguimos privilegios y somos insolidarios, para que se generen dudas y en el fondo alargar el tiempo necesario hasta que desaparezcamos. “Muerto el perro se acabó la rabia”.Está es la BIOPOLITICA que se está aplicando a las-os Polios en la España gobernada por Partidos que sufrieron la Eugenesis Cruel del primer Franquismo y la Positiva, no menos cruel hasta el fin del Franquismo.
Víctima con Discapacidad Sobreviviente a la Polio