Tú puedes luchar contra la trata de personas

Nos gusta pensar que la compra y venta de seres humanos es algo del pasado, pero no es así. La trata de personas sigue existiendo. Es un próspero negocio que mueve anualmente 35.000 millones de euros en todo el mundo, según datos facilitados por Naciones Unidas. Una cifra no muy por debajo de la generada por el tráfico de drogas. De hecho, drogas, armas y personas comparten a menudo los mismos canales de distribución.

Y resulta sangrante que las numerosas rutas de esclavitud sexual –una de las formas más denigrantes de esclavitud- no sean desconocidas. Existe la que recorre Myanmar, China, y Camboya hasta Tailandia; la que va de Rusia a los Emiratos del Golfo; la que recorre desde Filipinas y Colombia a Japón; o la que se mueve desde Brasil, Paraguay, Colombia y Nigeria hacia España. Asimismo decenas de miles de mujeres y niñas han sido trasladadas desde Rusia, Ucrania, Moldavia y Rumanía para ser explotadas en las ciudades de Europa Occidental y Japón.

La trata de personas es un delito que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, incluídos el trabajo forzoso y el sexo. La Organización Internacional del Trabajo calcula que casi 21 millones de personas en el mundo son víctimas del trabajo forzoso. En esa cifra se incluye también a las víctimas de trata para la explotación laboral y sexual. Si bien se desconoce cuántas de estas fueron objeto de trata, la cifra implica que en la actualidad hay millones de víctimas en el mundo. Todos los países están afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas. La esclavitud, tanto en su forma moderna como en la antigua, no es sólo una vergüenza, sino que es «la execrable suma de todas las villanías», como la definió el abolicionista John Wesley, y no tiene cabida en nuestro mundo.

Aproximadamente un 30 por ciento de las víctimas de la trata son niños, y un 70 por ciento son mujeres y niñas. Estos son los datos publicados el Informe Mundial sobre la Trata de Personas elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Son datos que producen desazón, pero hay pequeños síntomas que invitan al optimismo, por ejemplo, que el diario El País haya renunciado a publicar anuncios de contactos, algo que en países que han apostado por abolir la prostitución, como es el caso de Suecia, sería considerado un delito de proxenetismo.

También es una buena noticia que el ayuntamiento de Gavá haya decidido colocar carteles contrarios a la prostitución allá donde ésta se ejerce. O que hayan nacido plataformas como “Stop Trata”, que luchan para erradicar la prostitución y ayudar a encontrar salidas profesionales para las mujeres que se ven forzadas a prostituirse.

La bondad de estas iniciativas radica en mostrarnos que todos podemos hacer algo para contribuir en la lucha contra esta lacra social, como por ejemplo firmar el manifiesto Por una sociedad sin explotación sexual. Una buenas forma de celebrar que el 30 de junio es el Día Mundial contra la Trata. Nosotros ya lo hemos hecho. Ahora sólo faltas tú.

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