Sin miedo, lo malo se nos va volviendo bueno
Las calles se confunden con el cielo
Y nos hacemos aves, sobrevolando el suelo, así
Sin miedo, si quieres las estrellas vuelco el cielo
No hay sueños imposibles ni tan lejos
Rosana
Y eso es lo que estamos viendo en Irán y en China. Que la gente ha perdido el miedo y ocupa las calles. En dos regímenes totalitarios y dictatoriales opuestos, aparentemente, en el tablero ideológico. Pero dos países que demuestran que ante el totalitarismo, las ideologías se diluyen para ponerse al servicio del líder o partido dominante y dominador.
Tan terrible como real.
En Irán reclaman derechos para las mujeres después de la muerte de la joven Masha Amini en una comisaría en donde la llevaron arrestada por llevar mal puesto el velo. Nadie sabe a ciencia cierta el número de detenidos ni de muertos. Iran Human Rights habla de 416 personas muertas durante los disturbios, por la represión. Y Naciones Unidas de unos 14.000 arrestados en estos dos meses de protestas. Además, Iran Human Rights habla de cinco manifestantes condenados a muerte y otros 21 que afrontan cargos que también podrían llevarlos al patíbulo, según informa el periódico El País. En el mismo periódico se explica como las autoridades iraníes utilizan la amenaza a las condenas a muerte como intimidación para sofocar las manifestaciones. En este artículo encontraréis más información de esta situación.
Irán fue el segundo país del mundo en ejecutar más personas el año pasado, por detrás de China. Y hasta ahí nos desplazamos. A China. Donde se está produciendo la mayor mobilización en la calle desde las protestas de la plaza Tiananmén en 1989. Centenares de personas se manifiestan en contra de Xi Jinping por su política de Covid 0. La población está cansada de los confinamientos estrictos que están dejando la economía del país muy maltrecha y empieza a no tolerarlos mientras su presidente viaja por el mundo sin mascarilla porque ahí donde va no es obligatoria. En este país no se habla de muertos por la represión pero sí de interrogatorios telefónicos y presenciales a manifestantes y de detenciones, incluso de agresiones policiales a algún periodista.
Al final, tanto en un caso como en el otro nos encontramos ante una población que ha perdido el miedo a expresarse y a defender sus derechos; la política del miedo que practican sus gobernantes ya no les calla, ni tampoco la falta de libertad de expresión.
Hemos visto otras revoluciones parecidas, ¿os acordáis de la Primavera Árabe? Espero que las protestas en Irán y en China acaben con mejores resultados. Sea como sea, me gusta ser optimista, y quiero pensar que quizás, sólo quizás, estas protestas sean una señal de cambio de ciclo y empecemos a quitarnos la pereza de las orejas para reivindicar una vida más justa y rebelarnos ante los autoritarismos. Por lo menos, tomemos nota de como están viviendo sin miedo estas y estos valientes. Apoyémosles un poco, y démosles un poco de amor. Recordarles y valorarlos ya es un paso.
Sin miedo, las manos se nos llenan de deseos
Que no son imposibles ni están lejos
Rosana

Iolanda Pàmies Rimbau
Periodista i escriptora
@iolandapamies