Mar Menor, la hipocresía al límite

Hemos vivido horrorizados este verano otro episodio, no es el primero, de un desastre ecológico en el Mar Menor. En los últimos 20 años hemos transformado, un sitio idílico, atractivo y único en un sitio inestable, sin encanto y totalmente vulnerable.

Se ha hecho todo lo que se podía hacer mal. El Mar Menor es una de las mayores lagunas litorales del Mediterráneo sus más de 13500 hectáreas, han sido maltratadas desde los años 80, priorizando la especulación urbanística, con construcciones monstruosas que invadían su litoral, sin ningún tipo de respeto al medio ambiente.

Como si eso no fuera poco todos sabemos que en Murcia se utiliza un sistema de agricultura intensiva donde se utiliza un regadío brutal y se le añade al agua fertilizantes que van cargados de nitratos. Esos nitratos acaban en el Mar Menor, estamos hablando de toneladas. Durante varias décadas, el Mar Menor fue capaz de absorber por tres vías esta entrada creciente de nutrientes, en torno a 4 000-5 000 toneladas anuales de nitratos.

Pero todo tiene un límite y la naturaleza también, y el Mar Menor ha dicho basta.

Llevamos ya muchos años hablando de la necesidad de un cambio de cultura medio ambiental, pero solo la entendemos si no afecta el entorno que nos rodea. No queremos tener que cambiar nuestros hábitos, y si eso nos cuesta, lo de cambiar nuestros métodos productivos y laborales ya es harina de otro costal.

Y en esta vorágine de hipocresía, la derecha es especialista. Son los primeros en enarbolar la bandera ecologista, pero luego cambian las leyes de costas, promueven la ley del tocho en su propio beneficio, por supuesto y miran hacia otro lado. Encima son capaces de intentar sacar rédito político, sacudiendo sus culpas, en una región en la que llevan gobernando 26 años.

No es que ningún gobierno sea muy ecologista que digamos, pero las declaraciones en esta grave crisis ecológica por parte del PP, me han recordado a los lamentables hilillos del Prestige.

No se si el Mar Menor tiene solución ya, pero tenemos que intentarlo y desde luego, tenemos que cambiar mucho o esto no será una grave crisis ecológica, sino una más, entre todas las que se avecinan.

Victoria Corbacho

Sindicalista UGT Baix Llobregat

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