Delincuencia e inmigración

Actualmente es muy habitual encender el televisor y encontrar discursos políticos que criminalizan a un colectivo por su procedencia. Desgraciadamente, se trata de una estrategia engañosa y a la vez efectiva, cuya finalidad es inculcar el miedo al otro, al extranjero, al diferente, creando así prejuicios sobre su peligrosidad, parece que tiene cierto rédito electoral.

La extrema derecha crea discursos maniqueos que pretenden dividir la sociedad para conseguir el objetivo fundamental, que es el de mantener su propio status. Para ello divide a los y las ciudadanas en buenos y malos, ellos o nosotros, gente honrada y delincuentes, creando una falsa realidad social que relaciona la criminalidad con la inmigración.

Como criminóloga, cuando oigo que el aumento de la delincuencia está directamente relacionado con el aumento de la población inmigrante, no puedo evitar pensar en la manipulación de datos que se está llevando a cabo. Cuando acudimos a investigaciones científicas, encontramos que el incremento de la población inmigrante no se ha acompañado de un aumento en la tasa de criminalidad, al contrario, se ha producido un leve descenso. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, entre el año 2000 y el 2014 las tasas de inmigración aumentaron de forma exponencial: de representar el 2,28% de la población, pasó al 10,74%. Paralelamente, observamos que la tasa de criminalidad descendió de un 45,9% al 44,7%. Si observamos estos datos la pregunta que surge es: ¿por qué miente la extrema derecha? ¿Por qué hacen creer al ciudadano autóctono que los inmigrantes acrecientan las tasas delincuenciales?

De entrada, considero que la solución a los problemas de delincuencia no ha de tratarse mediante políticas que estigmaticen a los colectivos más vulnerables. Como ejemplo de esto, tomemos a los menores extranjeros que no vienen acompañados a España. La existencia de mensajes mediáticos y noticias alarmantes, hacen que se etiquete erróneamente a todos los menores extranjeros como conflictivos y peligrosos, en lugar de considerar la situación de riesgo en la que se hallan.

Sería importante tener en cuenta que estamos hablando de niños y niñas, independientemente del lugar de procedencia, que se encuentran en una situación de desamparo sin ningún tipo de referente familiar y con un número elevado de factores de riesgo. En lugar de aportarles más complicaciones, sería conveniente resaltar sus historias de superación, como refuerzo positivo y, a la vez, dar a conocer a la ciudadanía otra imagen de este colectivo. Los menores extranjeros que delinquen no inician su actividad delictiva inmediatamente al llegar a territorio español. Esto quiere decir que no estamos hablando de menores infractores que cruzan el estrecho con la intención de delinquir, sino que la situación en la que se encuentran es la que lleva, a algunos, a sumergirse en las actividades delincuenciales.

Es más sencillo criminalizar a un colectivo que aportar soluciones efectivas para todos y todas los ciudadanos y ciudadanas. Mientras haya colectivos débiles a los que hacer recaer la culpa de las situaciones de presente, no habrá lucha social por la mejora de las condiciones de futuro. El problema no es que los inmigrantes nos quiten el trabajo, es que, de entrada, no se dan las condiciones sociales necesarias para que haya trabajo para todos. El problema no es que los inmigrantes utilicen la sanidad pública, sino que ésta no es una prioridad real para todas las concepciones políticas y por eso, no está dotada presupuestariamente como debería estar.

Sí pues, no es la inmigración el problema sino la apuesta efectiva por la consolidación y desarrollo de un verdadero Estado del Bienestar, lo opuesto a lo que está operando detrás de los discursos radicales y xenófobos de la extrema derecha.

Ahora bien, ¿criminalizaría la extrema derecha a los inmigrantes si estos tuviesen derecho a voto? ¿Este colectivo seguiría formando parte de este discurso tan xenófobo y sin fundamento? Desgraciadamente, pienso que mientras haya ciudadanos que no sean sujetos de pleno derecho, la criminalización de los más débiles seguirá en alza.

Sara Belbeida
Criminóloga
@SaraBelbeida

Cada Àtom és una petita reflexió política de Club Còrtum

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