Mis derechos no se tocan

Observo incrédula, como tanta gente, la manifestación provida de este fin de semana. Miles de personas se congregan contra el aborto y la ley de la eutanasia, que aún no tenemos por cierto. Nos ha costado muchos años y muchas luchas, la ley del aborto, ¿y nos la quieren arrancar de cuajo? Está costando muchos sudores, y mucho sufrimiento, conseguir una ley de muerte digna y una ley de eutanasia, ¿y nos la quieren negar? ¿Por qué?

Afirman que para ellos el aborto no es un derecho, y en mi cerebro empiezan a saltar chispas; y por ello quieren impulsar una ley de protección de la maternidad. Porque defienden, dicen, el derecho a la vida ante la cultura de la muerte. Y las chispas me funden el cerebro ¿El derecho a tener una vida digna, también lo defienden? ¿O se les olvidó en el cajón de los objetos perdidos? Porque en ese caso el adjetivo sí es muy importante.

Vamos a ver almas de cántaro, si no fuera porque no quiero malpensar, creería que ya os va bien que haya gente que no pueda mantener su dignidad vital, ni la de los suyos, para así aprovecharos de su debilidad.

No, señores y señoras de la derechona rancia, lo que hay que hacer es trabajar para que nadie se quede atrás, para que todo el mundo pueda tener una vida, y una muerte, dignas, y para que cada cual pueda decidir sobre su vida y su cuerpo sin discursos moralistas impuestos. Se llama libertad, os suena? No, señores y señoras de la derechona rancia, mis derechos no se tocan! Y lo voy a pelear sin pestañear.

Iolanda Pàmies Rimbau
Periodista i escriptora
@iolandapamies

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